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Patatas de restaurante portugués: ¡crujientes e irresistibles!

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¿Quién no se ha quedado alguna vez con la boca abierta ante esas patatas portuguesas que sirven en los restaurantes, finas, crujientes y doradas en su justa medida? ¿Y si te dijera que puedes preparar esta delicia en casa, con solo unos pocos ingredientes y un sencillo truco? ¡Así es! Hoy aprenderás a hacer patatas portuguesas como en un restaurante , perfectas para servir como snack, guarnición o incluso para impresionar a la familia en un almuerzo especial.

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Esta receta es mucho más fácil de lo que parece y el resultado es delicioso. Lo mejor de todo es que no necesitarás equipos complicados ni técnicas avanzadas. Sólo con una buena patata, aceite de calidad y unos consejos acertados tendrás la patata portuguesa perfecta, súper crujiente por fuera y blandita por dentro. Así que, si te encantan las patatas (y a quién no, ¿no?), ¡ven conmigo y aprende sobre esta maravilla!

Ya lo anticipo: una vez que hagas esta receta, será difícil volver a las patatas industrializadas. Las patatas portuguesas caseras tienen un sabor incomparable y te conquistarán desde el primer bocado. ¡Así que toma tu delantal, separa los ingredientes y sacudimos la cocina con esta deliciosa papa!

Ingredientes para las patatas de restaurante portugués

  • 4 patatas grandes (tipo astérix, preferiblemente)
  • Aceite de soja o girasol para freír
  • sal al gusto
  • Papel toalla para escurrir las patatas

Sobre los ingredientes y el tiempo de preparación

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Ahora, hablemos un poco de los ingredientes y del tiempo que llevará hacer esta crujiente maravilla. La elección de la patata es súper importante: las patatas astérix son la mejor opción, porque tienen menos agua y más almidón, lo que garantiza una fritura más seca y crujiente. Si no encuentras astérix, puedes utilizar cualquier otra patata, pero seca bien las rodajas antes de freírlas.

El petróleo es otro punto esencial. Un aceite de calidad marca la diferencia en el sabor y textura de la patata. Puedes utilizar aceite de soja o de girasol, que son más ligeros. ¿Qué pasa con el tiempo? Créeme, en menos de 30 minutos tendrás las patatas doradas listas para servir. ¡Es el tipo de receta exprés que te hace parecer un chef!

Método de preparación de recetas

  1. Lavar y cortar las patatas : Lavar bien las patatas, ya que las usaremos con piel. Luego, con una rebanadora (mandolina) o un cuchillo muy afilado, corta las patatas en rodajas muy finas, casi transparentes. ¡Esto asegurará que quede crujiente!
  2. Remojar en agua : Remojar las rodajas de patata en un recipiente con agua helada durante unos 15 minutos. Este truco ayuda a eliminar el exceso de almidón, haciendo que las patatas queden aún más crujientes.
  3. Secar bien las patatas : Escurrir bien las rodajas y secarlas con un paño limpio o papel toalla. Este paso es fundamental para evitar que las patatas se empapen de aceite al freírlas.
  4. Calentar el aceite : En una sartén grande, calienta abundante aceite (suficiente para cubrir las patatas) a fuego medio-alto. El punto óptimo es cuando agregas una rodaja de papa y comienza a burbujear inmediatamente.
  5. Freír las patatas : Freír las patatas en porciones pequeñas para que no se peguen y se doren uniformemente. Déjalos freír hasta que estén dorados y crujientes, lo que debería tomar entre 2 y 3 minutos por porción.
  6. Escurrir y sazonar : Retire las patatas de la sartén con una espumadera y colóquelas en un plato forrado con papel toalla para escurrir el exceso de aceite. Espolvorea sal al gusto mientras aún están calientes para que la sal se adhiera mejor.
  7. Sirva inmediatamente : las patatas portuguesas quedan mejor cuando se sirven calientes y crujientes. ¡Disfruta del irresistible sabor y textura!

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