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1. Calentar la leche: Verter el litro de leche en un cazo y calentar a fuego lento hasta alcanzar los 85°C. Utilice un termómetro de cocina para controlar la temperatura. No dejar que hierva.
2. Agrega jugo de limón: exprime medio limón para extraer el jugo. Cuando la leche haya alcanzado la temperatura adecuada, retira del fuego y añade el zumo de limón. Removemos suavemente para mezclar bien.
3. Esperar a que cuaje: Deja reposar la leche entre 10 y 15 minutos. Durante este tiempo, la leche debe empezar a cuajar (formar grumos sólidos).
4. Añade el yogur: Una vez que se haya coagulado añade el yogur natural a la sartén. Mezclar bien para incorporar el yogur a los trozos de cuajada.
5. Escurrir el líquido: Coloque un colador o un colador fino sobre una cacerola grande. Cubrir el colador con varias capas de gasa o paño limpio. Vierta la mezcla de cuajada y yogur en el colador para escurrir el líquido (suero). Deje reposar el queso en el tamiz entre 1 y 2 horas, o hasta que quiera la consistencia deseada. Puedes dejar el queso más tiempo si prefieres una textura más firme.
6. Condimento (opcional): Si quieres, puedes agregar una pizca de sal al queso para sazonarlo. Mezclar bien.
7. Transfiere el queso: Una vez que el queso haya alcanzado la consistencia deseada, transfiérelo a un recipiente limpio y hermético. Conservar en el frigorífico.
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