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Paso 2: comenzar a cocinar
En una cacerola grande de fondo grueso, agregue el agua y el azúcar. Enciende el fuego medio y revuelve hasta que el azúcar se disuelva por completo en el agua, formando un almíbar. Este almíbar es la base de la mermelada, y su punto determinará el resultado final.
Una vez que el azúcar esté completamente disuelto y el almíbar comience a hervir, agrega los trozos de calabaza, las ramas de canela y los clavos. Mezclar suavemente para que los trozos de calabaza queden bien distribuidos en el almíbar.
Paso 3: cocinar la calabaza
Ahora, con todos los ingredientes en la sartén, baja el fuego y deja que la calabaza se cocine lentamente. La cocción lenta es fundamental para que la calabaza absorba el sabor del almíbar y las especias, manteniendo su forma y textura. Durante el proceso es importante no mover demasiado la calabaza para evitar que los trozos se deshagan.
Cocine la calabaza durante unos 40 a 50 minutos, o hasta que los trozos estén tiernos pero aún firmes. El almíbar se irá espesando poco a poco y cogiendo un color dorado, mientras que los trozos de calabaza se irán volviendo traslúcidos y brillantes, señal de que la mermelada está casi lista.
Paso 4: Ajustar el sabor
Cuando la calabaza esté en su punto adecuado, añade el zumo de medio limón. El limón ayuda a equilibrar el dulzor de la mermelada y aporta un toque de acidez, realzando el sabor de la calabaza. Mezclar suavemente y dejar cocinar de 5 a 10 minutos más para que el sabor del limón se incorpore bien a la mermelada.
Una vez que el almíbar esté muy espeso y los trozos de calabaza estén suaves pero sin desmoronarse, apaga el fuego. Retire las ramas de canela y los clavos de la sartén.
Paso 5: almacenar la mermelada
Deja que la mermelada se enfríe por completo antes de guardarla. Para guardarla utiliza frascos de vidrio esterilizados, lo que garantizará que la mermelada dure más tiempo. Coloca los trozos de calabaza en los frascos y cubre con el almíbar. Asegúrate de que el almíbar cubra todos los trozos de calabaza para evitar que se forme moho.
Cierra bien los frascos y guarda la mermelada en un lugar fresco y oscuro o en el frigorífico, según la temperatura ambiente. La mermelada se puede consumir inmediatamente, pero se vuelve aún más sabrosa al cabo de unos días, cuando los sabores se intensifican.
Conclusión
La compota de calabaza en trozos es una receta sencilla, pero que lleva toda la tradición y el cariño de la cocina casera. Además de ser un postre delicioso, es versátil y se puede servir de muchas formas, ya sea como acompañamiento de queso, sobre tostadas o incluso solo. Hacer mermelada en casa es una forma de conservar ingredientes y sabores por más tiempo, además de crear una opción de postre siempre disponible.
Prueba a hacer esta mermelada y compártela con familiares y amigos. Además de deliciosa, esta receta trae consigo toda la sencillez y el cariño de un postre elaborado con mimo y cariño.
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