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Método de preparación
Precalentar el horno: Antes de comenzar, calienta el horno a 180ºC para asegurar una cocción uniforme del pastel.
Preparar la Pasta: En un bol grande romper los huevos y añadir una pizca de sal para realzar los sabores. Agrega el azúcar demerara, la ralladura de limón y mezcla bien. Agrega la mantequilla derretida, la harina de trigo y el polvo para hornear, revolviendo continuamente hasta obtener una masa tersa y homogénea.
Armar el pastel: Pelar y cortar las manzanas en rodajas finas. Para evitar que se oscurezcan, rocíelos con jugo de limón. Agrega las rodajas de manzana a la mezcla de masa, asegurándote de que queden distribuidas uniformemente.
Hornear el Pastel: Engrasar un molde de 20 cm de diámetro aproximadamente y verter la mezcla. Coloca en el horno precalentado y hornea por unos 55 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y crujiente.
Servir: Deje que el pastel se enfríe un poco antes de servir. Este manjar se puede disfrutar solo o acompañado de té o café. También puedes cubrir esta tarta con una buena ración de mermelada de albaricoque, dulce de leche o una bola de helado para darle un toque especial.
Consejos adicionales
Variación del azúcar: Para una versión aún más saludable, prueba a sustituir el azúcar demerara por un edulcorante culinario de tu elección, ajustando las cantidades según el poder edulcorante del sustituto.
Frutas variadas: Además de manzanas, puedes intentar agregar peras o duraznos a la receta para variar los sabores.
Una vez que aprendí a dominar esta receta, mis tartas de manzana pasaron de ser simples postres a momentos de puro deleite. Pruébalo tú mismo y descubre por qué esta se ha convertido en la receta que siempre repito cuando quiero impresionar y agradar. Al fin y al cabo, una buena tarta de manzana puede ser un elocuente gesto de amor y cariño.
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