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1. En un bol grande, vierte la leche condensada. Agrega los 250 g de coco rallado y mezcla bien hasta que obtengas una masa uniforme. Si decides usar vainilla, añádela ahora, y también la mantequilla si prefieres una textura más suave.
2. Toma pequeñas porciones de la mezcla y, con las manos limpias, forma bolitas del tamaño que prefieras (aproximadamente del tamaño de una nuez).
3. Coloca el coco rallado extra en un plato. Pasa cada bolita por el coco rallado, asegurándote de que queden completamente cubiertas.
4. Coloca las bolitas en una bandeja o plato y llévalas al refrigerador durante al menos 1-2 horas para que tomen firmeza.
5. Una vez frías, las bolitas de coco estarán listas para disfrutar. Puedes conservarlas en el refrigerador hasta el momento de servir.
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