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Instrucciones:
Paso 1
En el bol de la batidora, mezcle la leche tibia (aproximadamente a 43 °C) y 1 cucharada de azúcar. Espolvoree la parte superior con 1 cucharada de levadura y deje reposar durante 1 minuto. Bata todo junto y deje reposar durante 5 minutos hasta que la levadura se vea espumosa. Agregue 4 cucharadas de mantequilla derretida, el azúcar restante y la sal.
Paso 2
Añade la harina media taza a la vez hasta que la masa esté batida. Una vez que la masa esté demasiado espesa, pasa al gancho para masa y mézclala a velocidad 2 (también puedes seguir mezclando manualmente con una cuchara rígida). Añade aproximadamente 4 tazas de harina, agregando otras 1 a 3 cucharadas de harina solo si es necesario. La masa debe verse pegajosa y pegajosa, pero no debe pegarse a las yemas de los dedos limpias/secas.
Paso 3
Amasar la masa con el gancho de amasar en una batidora de pie durante 2 minutos o amasar manualmente (10 minutos), luego colocar la masa en un recipiente con aceite. Cubrir con film transparente y dejar reposar unas 2 horas en un lugar cálido o hasta que duplique su tamaño.
Paso 4
Una vez que la masa haya leudado, colóquela sobre una superficie ligeramente enharinada y córtela en 15-24 trozos iguales, según la forma de la fuente de horno. Forme una bola con cada trozo de masa y colóquela en un plato de 23 × 33 cm o en una bandeja de horno.
Paso 5
Cubre los panecillos con film transparente y déjalos reposar otros 30 a 60 minutos en un lugar cálido o hasta que se hinchen (no exageres su resistencia). Hornéalos a 375 °F durante 23 a 25 minutos o hasta que los picos estén dorados.
Paso 6
Pincele inmediatamente los panecillos con mantequilla derretida y déjelos enfriar hasta que la temperatura ambiente sea baja antes de servir.
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