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Troceamos el pollo, limpiamos bien, lo salpimentamos y reservamos hasta que esté a
temperatura ambiente.
Mientras, cortamos el ajo, la cebolla y el pimiento rojo, en trocitos pequeños.
En una olla de tamaño apropiado, ponemos a calentar un poco de aceite de oliva a fuego
fuerte.
Cuando el aceite esté bien caliente, sellamos las piezas de pollo.
Las vamos a sellar por tandas, para no perder temperatura, queremos que se doren un poco,
pero solo por fuera.
Conforme tengamos sellados los trozos de pollo, los retiramos de la olla y los reservamos en un
plato, mientras, seguiremos sofriendo la siguiente tanda.
Cuando todos los trozos de nuestro pollo, estén bien sellados y apartados, bajamos la potencia
del fuego y añadimos un poco más de aceite, si fuera necesario.
Agregamos el ajo, la cebolla y el pimiento que hemos picado y lo sofreímos a fuego medio.
removiendo con frecuencia.
Cuando la cebolla esté tomando un tono transparente, agregamos las setas troceadas y
sofreímos un par de minutos más.
Ponemos el vino blanco y lo dejamos cocinar a fuego fuerte, hasta que se evapore el alcohol.
Agregamos las hojitas de laurel.
Volvemos a colocar en nuestra olla, los trozos de pollo.
Añadimos el agua, no es necesario que llegue a cubrir, la cantidad de agua dependerá del
tamaño del pollo, para un pollo de kilo y medio aproximadamente, con medio litro de agua, dos
vasos, será suficiente.
Tapamos y dejamos cocinar a fuego medio alto, entre, veinte y treinta minutos
aproximadamente, dependiendo del tamaño de las piezas de pollo.
Pasado ese tiempo, añadimos el pimiento del piquillo en tiras, los guisantes y bajamos un poco
el fuego a medio.
Dejaremos que siga cocinando, de diez a quince minutos más, para que la carne esté bien
hecha, sin olvidarnos de remover de vez en cuando.
Pasado ese tiempo, apagamos el fuego, dejamos reposar unos minutos y a disfrutar de este
exquisito pollo, en salsa de pimiento del piquillo y setas.
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