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Sal pimentamos el pollo, le ponemos un poco de orégano bien esparcido y dejamos reposar a
temperatura ambiente durante un rato.
Mientras podemos pelar, limpiar y cortar las patatas en rodajas, de aproximadamente, poco
más de un centímetro, si queremos acompañar nuestro pollo, de una deliciosa guarnición de
patatas.
Engrasamos un refractario, con una fina capa de mantequilla y colocamos las rodajas de
patata.
Les ponemos sal al gusto y unas gotas de aceite de oliva virgen extra.
Sobre las patatas colocamos las piezas de pollo, ponemos un poco de tomillo.
Le ponemos romero, mejor si tenemos unas ramitas.
Rociamos bien con el zumo de limón y un poco de aceite de oliva virgen extra.
Dejaremos así, hasta que el pollo este totalmente a temperatura ambiente.
Mientras, precalentamos el horno con fuego arriba y abajo a 90 grados. Lo haremos así al
principio, a fuego más bien bajo.
Introducimos nuestra bandeja en el horno y dejamos cocinar a esa temperatura, durante
aproximadamente 45 minutos.
Este tiempo va a depender de la potencia de nuestro horno.
Entonces, será el momento de subir la temperatura al máximo y cocinar durante 15 minutos
más, o hasta que el pollo se dore por fuera.
Sacamos la bandeja del horno, dejamos reposar unos minutos y ya podremos disfrutar.
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