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Ingredientes:
- 1 vaso de leche tibia (200 ml)
- Medio vaso de agua tibia (100 ml)
- 1 cucharada de levadura seca (10 g)
- 2 cucharadas de azúcar granulada (40 g)
- 1 taza de harina de trigo (120 g)
- 1 huevo
- Medio vaso de aceite vegetal (45 ml)
- 4 tazas de harina de trigo (480 g)
- 1 cucharadita de sal (8 g)
Método de preparación:
Preparación inicial de la masa: En un tazón grande, combine la leche tibia y el agua tibia. Agrega el azúcar y la levadura seca, mezclando bien con un batidor hasta que la levadura se disuelva por completo. Agrega la taza de harina de trigo tamizada y vuelve a mezclar hasta obtener una masa fluida y sin grumos.
Tapar el bol con un paño limpio y dejar reposar y fermentar la masa durante unos 15 minutos. Incorporación de los demás ingredientes: Después de 15 minutos de fermentación, agrega el huevo y el aceite vegetal a la masa. Mezclar bien.
Agrega las 4 tazas de harina de trigo y la cucharadita de sal. Mezclar inicialmente con una espátula. Cuando la masa empiece a unirse, trabajamos con las manos hasta obtener una masa suave y elástica. Vuelve a tapar la masa y déjala reposar durante 30 minutos.
Dar forma a los bollos: Luego de reposar 30 minutos, retira el aire de la masa presionándola suavemente. Sobre una superficie enharinada, extiende la masa con un rodillo hasta que tenga aproximadamente 7 mm de espesor.
Utiliza un vaso para cortar la masa en círculos. Recoge el exceso de masa, vuelve a amasar y corta más círculos. Coloca los círculos de masa sobre un paño limpio y déjalos reposar durante unos 10 minutos. Freír los panecillos: En una sartén con lados altos, calentar abundante aceite vegetal a fuego medio.
Freír los círculos de masa hasta que estén dorados por ambos lados, volteándolos con cuidado para asegurar una cocción uniforme. Retira los bollos fritos con una espumadera y colócalos sobre toallas de papel para escurrir el exceso de aceite.
Servicio: Tus bollos fritos están listos para servir. Son deliciosos cuando se comen calientes, pero también quedan fantásticos a temperatura ambiente.
Conclusión:
Los bollos fritos son una auténtica tentación, combinando crujiente y suavidad en cada bocado. Perfectos para una variedad de ocasiones, se pueden personalizar con una variedad de rellenos y condimentos, lo que los convierte en un plato versátil amado por todos.
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