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En el mundo de la cocina pocas cosas hay tan versátiles e imprescindibles como una buena masa quebrada. Esta base de recetas clásica es la clave para multitud de platos dulces y salados, desde tartas y quiches hasta galletas y tartaletas. En este artículo nos adentraremos en el encantador mundo de la masa quebrada básica, explorando sus orígenes, su versatilidad y, por supuesto, su irresistible sabor.
Una breve historia:
La masa quebrada, también conocida como masa quebrada o pastelería brisée, tiene una rica y variada historia que se remonta a los inicios de la cocina europea. Su creación se atribuye a menudo a los chefs franceses, que perfeccionaron la técnica de mezclar harina, grasa y agua para crear una base de tarta ligera y delicada.
Ingredientes
- 250 g de harina de trigo
- 1 cucharadita de sal [o 1 pizca de sal y 5 cucharadas de azúcar para tartas dulces]
- 2 yemas de huevo
- 125 g de mantequilla fría sin sal, picada
- 50 mililitros de agua
Método de preparación:
Reserva el agua y mezcla los demás ingredientes con las yemas de los dedos hasta formar migas. Poco a poco, vas goteando el agua mientras mezclas (sin amasar), hasta que ya no se pegue a tu mano. Formar una bola y envolverla en film transparente.
Mételo en el frigorífico durante 20 minutos y, con las manos, forra un molde desmontable bajo con fondo extraíble (de 22 a 24 cm de diámetro), reservando la masa para cubrir si es necesario (si quieres utilizar un rodillo, extiende la masa). masa entre 2 láminas de plástico) .
Pincha la masa en varios lugares con un tenedor y hornea en horno medio precalentado (200 ºC) durante 10 minutos o hasta que pierda su brillo. Rellena al gusto y hornea por otros 30 minutos o hasta que esté dorado. Espera unos 15 minutos a desmoldar para no romper la tarta.
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