ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT

Albóndigas al vino: ¡tiernas y jugosas para un segundo plato único!

ADVERTISEMENT

Usa tus manos para formar albóndigas.

Freír las albóndigas en un poco de aceite, hasta que se doren. Agregue el vino, luego cocine a fuego lento hasta que las albóndigas estén bien cocidas y su temperatura interna mida 165°F.

Consejos
Para asegurarte de que todas las albóndigas tengan el mismo tamaño, ¡usa una bola de helado!

Para hornear las albóndigas en el horno, colócalas en una bandeja para horno, rocíalas con aceite y hornea a 375°.

Si quieres albóndigas de pollo y limón sin gluten, busca pan rallado sin gluten, lo encontrarás en tiendas naturistas especializadas.

No mezcle demasiado los ingredientes de las albóndigas. Esto dará como resultado albóndigas duras.

Vigila las albóndigas mientras se cocinan. Una vez que la temperatura interna alcance los 165°F, estarán listos para comer. Cocinarlas demasiado dará como resultado albóndigas secas.

Cómo almacenar albóndigas al vino
Las albóndigas se conservarán bien en el frigorífico hasta 4 días. También se pueden congelar, consulta nuestros consejos a continuación.

¿Se pueden congelar albóndigas al vino?
Estas albóndigas son perfectas para el congelador. Continúe con la receta hasta el paso 5 (antes de agregar el vino). Coloque las albóndigas cocidas (y enfriadas) en una bolsa de plástico con cierre hermético y guárdelas en el congelador hasta por 3 meses. Descongelar en el frigorífico y luego cocinar en una sartén con el vino.

Las albóndigas crudas también se pueden congelar. Coloca las albóndigas en una bandeja para horno y colócalas en el congelador. Una vez congelados, transfiéralos a un recipiente hermético y guárdelos hasta por 3 meses.

Continúa en la siguiente página

ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT