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Cómo se hace:
Masa: mezcla el azúcar granulada y las migas de galletas graham en un recipiente mediano. Agrega la mantequilla derretida y revuelve hasta que se incorporen por completo. Cubre el fondo de un molde desmontable de 9 pulgadas con la mezcla. Mientras se prepara el relleno, colócalo en el refrigerador.
Relleno: bate suavemente el queso crema ablandado en un recipiente grande. Incorpora el jugo de limón, la esencia de vainilla y el azúcar granulada hasta que quede una mezcla homogénea. Agrega gradualmente los huevos, batiendo bien después de cada adición. Agrega la crema agria y revuelve.
Capa de fresas: coloca las fresas en rodajas, el azúcar granulada, la maicena y el agua en una cacerola pequeña. Revuelve con regularidad y cocina a fuego medio hasta que el líquido espese y las fresas se ablanden. Deja que se enfríe un poco.
Para armar, cubre la masa con la mitad del relleno de cheesecake. Coloca la mezcla de fresas encima y luego cubre las fresas con el relleno de cheesecake restante. Usa una espátula para emparejar la superficie.
Preparación: Coloque el molde desmontable en una fuente grande para horno y precaliente el horno a 165 °C (325 °F). Vierta agua hirviendo en la fuente hasta la mitad de los lados del molde desmontable. Hornee durante aproximadamente 60 a 70 minutos, o hasta que esté casi listo en el medio. Después de apagar el horno, deje la puerta entreabierta durante una hora para permitir que la tarta de queso se enfríe en su interior.
Deliciosa: Después de sacar la tarta de queso del horno, enfríela en el refrigerador durante cuatro horas o durante la noche.
Cobertura: Bata la crema espesa y el azúcar en polvo juntos hasta que se formen picos firmes, justo antes de servir. Cubra la tarta de queso con una capa de crema batida. Agregue algunas fresas frescas como decoración.
¡Saborea tu deliciosa tarta de queso con fresas!
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