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– 2 tazas de azúcar
– 1/2 taza de leche
– 1/2 taza de mantequilla sin sal
– 4 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
– 3 tazas de avena de cocción rápida
– 1/2 taza de mantequilla de maní cremosa
– 1 cucharadita de extracto de vainilla
– Una pizca de sal (si se usa mantequilla sin sal)
Instrucciones
1. Coloca un poco de papel encerado o pergamino en la encimera para que las galletas se enfríen más tarde; esta preparación hará que sea mucho más fácil cuando tu mezcla dulce esté lista.
2. En una cacerola mediana, combine el azúcar, la leche, la mantequilla y el cacao en polvo. Revuelve suavemente a fuego medio hasta que todo esté bien derretido.
3. Deje que la mezcla hierva durante aproximadamente un minuto, pero tenga cuidado con la olla, no querrá que la mezcla se queme.
4. Retira tu olla del fuego. Ahora es el momento de agregar la avena, la mantequilla de maní, el extracto de vainilla y una pizca de sal hasta que todo esté maravillosamente combinado.
5. Usando una cucharada o una bola pequeña de helado, vierta la mezcla sobre el papel preparado, dejando suficiente espacio entre cada galleta para que cuaje.
6. Déjalos reposar hasta que estén firmes y fríos al tacto, lo que suele tardar unos 30 minutos, pero la paciencia es una virtud, azúcar.
7. Una vez que esté listo, invite a todos a unirse y observe cómo sonríen mientras prueban la tradición y la simplicidad en su máxima expresión.
Variaciones y consejos
: para darle un toque de alegría navideña, agregue media cucharadita de canela o cambie la vainilla por extracto de almendras.
– ¿No eres fanático de la mantequilla de maní? Use mantequilla de almendras u omítala por completo para una experiencia de avena con chocolate más fácil.
– Si desea reducir el consumo de azúcar, intente reemplazar un poco con miel; luego prepárese para obtener una galleta un poco más suave.
– Recuerde medir sus ingredientes con cuidado y no apresurar el proceso de enfriamiento; Te da un momento para tomar un sorbo de café y pensar en las cosas simples de la vida.
Y ahí lo tienen, queridos corazones, un pedazo de historia y consuelo, todo en uno. Disfruta de tus galletas predicadoras y que le sumen una cucharada de alegría a tu día.
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