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Las mandarinas, esos pequeños cítricos que caben en la palma de la mano, son conocidas por su delicioso y excelente sabor. Este alimento supone un importante estímulo para nuestra salud porque contiene vitaminas, especialmente vitamina C. La buena noticia es que puedes cultivarlos perfectamente tú mismo. Es decir, sin pesticidas nocivos, pero con pautas muy sencillas. Aquí vamos.
En primer lugar debemos recordar lo valioso que es este alimento para fortalecer nuestro sistema inmunológico y que nuestro organismo se beneficia de un aporte real de hidratación. Veamos juntos cómo debes proceder para beneficiarte de tus propias mandarinas.
El proceso de preparación del semillero
Puedes utilizar semillas que hayas lavado previamente, pero también puedes adquirir algunas. Intenta encontrar una maceta de tamaño mediano con un orificio de drenaje. (Ten en cuenta también que gracias a las macetas es posible cultivar una gran cantidad de verduras)
Coloca unas piedras en el fondo de la maceta y luego un poco de arena. Este relleno permite una mejor circulación del aire.
Luego, asegúrese de que su suelo sea rico en humus. Considere componentes como perlita, turba o compost.
Riega tu suelo y espera hasta que alcance niveles suficientes de humedad. Asegúrese de evitar el encharcamiento.
Plante con cuidado algunas semillas en la tierra y luego cúbralas con tierra para macetas. Un centímetro es suficiente.
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